Llegar
a casa con un leve olor a ti, con la sonrisa, esa que desde que te
tengo en mi vida llevo pintada en la cara las 24h del día. Estar
conectada todo el día a ti, sin parar de pensar en ti. Sin complejos ni
temores frente a todo, por ti. Contando cada hora, cada minuto, cada
día que tengo para estar contigo, con la esperanza de que después
sea todo lo mismo. Ganas de seguir luchando por esto que tanto esperé,
esa energía que ahora me proporcionas, la que yo necesitaba. Ver mil y
una películas, escuchar todas las canciones, cantar, mirarnos al
espejo, ponernos caras, y cuando si, hay que reconocerlo, vemos
reflejada tanta felicidad, no podemos evitar besarnos hasta
desgastarnos.
Juntar nuestras manos, nuestros cuerpos, nuestros labios, el cariño y el afecto la confianza.
Ser uno, cuando siempre fuimos dos.
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